Entrevista a Luis Martín

Arribo unos minutos después de las siete de la noche al acceso del Teatro de la Ciudad por la calle Dr. Coss. Estoy un poco desorientado porque es la primera vez que voy a entrar a la Sala Experimental por backstage. Me dirijo al acceso principal, pero el gaurdia me indica que la entrada es por otra puerta. Llego a ella, toco y espero. Mis reglas de cortesía me dicen que hay que tocar antes de entrar.
 
Abre la puerta Nallely Arizmendi, una de las actrices del elenco de Demetrius, la obra que me trae a este lugar. Le comento que vengo a buscar al maestro Luis Martín y me dirige con él. Atravieso la pequeña zona de camerinos y llego al área principal de la sala, pasando por una de las piernas del escenario. De fondo se escucha la guapachosa “Amor de mis amores” y veo al maestro Luis Martín sentado en la tercera butaca de la primera fila. Está dando las últimas indicaciones a su asistente sobre el volumen de la música y hace un comentario sobre cómo una canción de Edith Piaf se convirtió en una cumbia.
 
Me presento con el maestro. Me comenta que le parecen importantes los proyectos que buscan crear un registro de las cosas. “Somos una ciudad que le encanta perder su historia, no tiene memoria, somos una ciudad sin memoria” me comenta. Veo entonces ya no solo a Luis Martin el director de teatro, sino también al historiador de teatro y del noreste.
 
Comenzamos hablando sobre su acercamiento con la obra de LEGOM. En 2011 el maestro montó en NY la obra histórica “Cayendo con Victoriano” , escrita por LEGOM la cual posteriormente se presentaría en el Festival de Teatro Nuevo León 2011 . A partir de entonces hubo un interés mutuo en continuar trabajando y fue así que en 2014 se estrenó en Monterrey la obra “Civilización”, del mismo autor, montada en las instalaciones del Museo de las Culturas Populares. Me comenta el maestro que, para cerrar el 2015, buscó a LEGOM con la intención de montar una de sus obras. LEGOM le dio varias opciones a escoger y la seleccionada fue “Demetrius”. Le pregunto qué fue lo que le gustó de la obra y me responde: “es un tema chingón, una realidad social mundial que es terrible. Es una realidad con la que hay que combatir día a día, porque a la dignidad humana se la está llevando la chingada”
 
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“Demetrius es un sopapo a la cara, lleno de suciedad y de insultos… del que nos reímos” continúa. “Esto es un género contestatario, abierto. Es necesario retomar las raíces catárticas del teatro griego de acuerdo a formas que deben tener efectividad en públicos que ya están permeados por todo. Tenemos que buscarle fórmulas nuevas que los sacudan y ésta es una forma que nos sacude.”
 
El texto de LEGOM está escrito en narraturgia, una forma de dramaturgia en donde no se incluyen tantas acotaciones y los personajes narran lo que están haciendo en ese momento, la cual ha estado en boga en el teatro mexicano en los últimos años. Al respecto del trabajo con este tipo de texto, el maestro me comenta: “la narraturgia no la trabajo como lo hacen los colegas del DF, que la trabajan fríamente narrada, para que penetre intelectualmente. No tenemos esos niveles de público en Monterrey. Mucha de la narraturgia me la llevo al ejemplo, a la acción actoral. Se está narrando, pero se está haciendo a al vez. Mucha gente prefiere hacer la pura narraturgia y cosas muy mínimas de la acción que se narra. A mí la narraturgia me gusta mezclarla.”
 
Me comenta que es importante alejar al melodrama de la escena: “en México nuestra vocación es el melodrama, el cual han saciado y se han cansado de repetirlo en las telenovelas, en los teletones, en los chantajes, la televisión. En escena no hay que llevar al público al melodrama, hay que hacerlo sentir”.
 
En la obra, Demetrius es un ser que podría pasar por un idiota, se deja llevar por la corriente y es manejado, sin saberlo, por un sistema capitalista donde él es un peon más. ¿Es Monterrey un Demetrius? “El mundo es un Demetrius, definitivamente. El mundo, el sistema económico, el comprar, el meter a al gente en una carrera por la vida material, no por la vida espiritual, ciudadana, fraternal. Por eso estamos como estamos, por eso no podemos llegar a trascender después de morir. Somos tan pequeñísimos en el universo que no sabemos que estamos aquí para otras razones. Tenemos que ser ciudadanos, fraternales. Ya lo dijo Buda, Gandhi, Cristo, Mahoma, lo han dicho muchos. Que hayan sido malinterpretados por las instituciones que después dijeron ser sus representantes ese es otro asunto”.
 
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Es así como llegamos al caso de Monterrey, donde pareciera que a la gente no le interesa ir al teatro. “Qué bueno que hay éxito económico en un país, qué bueno que hay empleos. Lo malo es la ambición de la riqueza, el sojuzgar, el establecer unas diferencias económicas y sociales tan marcadas, que llevan a la gentehasta la discriminación, hasta el insulto.”
 
“Nuestra ciudad olvida las tradiciones, olvida la cultura propia, se queda con lo inmediato, con la inmediatez de la carne asada. Yo sigo creyendo que entonces Vasconcelos sí lo dijo en serio.” Refiriéndose a la frase que se le atribuye a Vasconcelos: la civilización termina donde comienza la carne asada.
 
“Según el pensamiento regio, ver teatro local pues no es importante, porque no es caro. Tiene que ser caro, algo de fuera, para presumir ‘viene de no sé que parte y costaba tanto’ ‘es gente que sale en la tele y es muy famosa’. Aunque vayan a ver obras donde se asustan de las pendejadas y las chingaderas que les dicen y se salgan ofendidos porque pagan 800 pesos y no pueden pagar 70 pesos en la Sala Experimental por venir a refrescarles la mente.”
 
Hablando sobre el apoyo al teatro en Monterrey, Luis Martín dice que aquel se ha ido más en becas que en proyectos, y que se trata al teatro como un damnificado. Comenta que para lograr niveles importantes de público, es importante que al teatro local se le de lucimiento y oportunidades, para así equipararlo al teatro foráneo que se presenta en la ciudad.
 
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Comenta sobre los cambios en las instituciones culturales de Nuevo León y la esperanza en éstos: “creo que un gran teatro lo puede hacer la Universidad Autónoma de Nuevo León. Hay que ver qué hace Pepe Garza ahora que está a cargo de Cultura en la universidad. Hizo una gran labor editorial y yo creo que ahora a través de él se pueden hacer muchas cosas. En CONARTE, creo que Ricardo Marcos también va a abrir un compás importante para que el Teatro de la Ciudad esté funcionando, que esté abierto al pueblo y a precios bajos.”
 
Hablando sobre el trabajo en escena, le comento que me agradó que en la puesta en escena Demetrius es interpretado por dos actores (Dante Vargas y Joe Brandon), a lo cual me comenta que es algo que le gusta hacer ya que permite que exista una variedad y que haya un juego escénico, tal como lo hizo en “El amor de las luciérnagas”. Además, esta dualidad nos permite ver que cualquiera puede ser Demetrius, el que está sentado viendo la función, quien controla la cabina, o incluso el que escribe estas líneas.
 
Otra cosa que llamó mi atención de la obra fue el hecho de que en escena son solamente actores jóvenes. Con admiración y un total respeto a sus actores el maestro me dice: “todos son actores jóvenes, todos son egresados de la Facultad de Artes Escénicas, licenciados en Arte Teatral y hacen esto porque creen en un teatro que trascienda, que cambie, que mueva mentalidades. Prefieren hacer esto y ganar muy poco, más que por amor al arte, amor a la humanidad, a su profesión, a su vocación, al compromiso de ser humanos en esta vida. ”
 
“Yo trabajo mucho con la gente que tiene una aspiración real de que su trabajo trascienda, que su trabajo llegue. La misión del teatro no ha cambiado desde su origen: es la catarsis. La gente que viene a ver una obra de teatro se purifica interiormente, porque está viéndose en escena, o está viendo a su esposa o a su hijo o a su papá o a su mamá o a su vecino, o a su pueblo, a su ciudad o a su país. ”
 
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La forma en que me enteré de Demetrius fue a través de Facebook. No recuerdo si alguno de mis contactos compartió el evento, o me salió publicidad o alguna otra página compartió la imagen. En las últimas obras de Luis Martin, la presencia en redes sociales ha sido importante, interactuando tanto el maestro como los actores en la promoción de la producción. Aprovecho esta oportunidad para preguntarle a Luis Martín sobre este tema. “El uso de redes sociales es básico. Yo quisiera que la juventud dejara de pensar tanto en la fiesta, en la frivolidad, en la parafernalia, en la pendejada. Yo le veo muchas posibilidades a las redes sociales en términos económicos o sociales, pero le veo posibilidades también de cultura. Por ejemplo, yo estoy en grupos de historia que estamos constantemente rescatando la historia de Monterrey y compartiendo cómo era esta ciudad antes Así como en la historia, en la difusión de la cultura o en la creación literaria, se pueden dar muchas cosas en las redes sociales. Se dan hasta los triunfos políticos, aunque a veces nos desanimen.”
 
Por último, platicamos sobre PROTEAC, la compañía de teatro con la que ha presentado sus últimas obras. Me comenta que su idea es la de contar con una compañía estable que mezcle juventud y madurez, mezclada. “La madurez es mía en algunos casos, como en Demetrius, y en otras está en actores de dos o tres generaciones juntos, como en ‘Expresso a no me olvides’, o como en ‘No murieron por la patria’.”
 
Estas dos últimas obras están próximas a volver a presentar. “Expresso a no me olvides” tendrá una breve temporada a finales de enero en la Sala Guajardo de Relaciones Culturales, y “No murieron por la patria” se estará presentando en varias ciudaddes de Tamaulipas. Por lo pronto el maestro Luis Martin trabaja en la elaboración del próximo programa para el Sistema Nacional de Creadores, el cual le permite enfocarse al montaje de tres a cuatro obras por año.
 
La asistente de Luis Martin se nos acerca para comentarnos que hay otra persona que desea entrevistarlo. Faltan unos pocos minutos para que de inicio la función, así que es momento de terminar la entrevista. Le pido por último una fotografía para ilustrar la entrevista. Me despido y me enfilo a la salida trasera. Casi al salir me encuentro con el elenco de la obra en camerinos, y aprovecho para platicar un poco con ellos. Pero eso merece otro espacio.


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