Secreto

Basado en el cuento “Brokeback Mountain”, escrito por Annie Proulx y llevado al cine por Ang Lee (Secreto en la Montaña, 2005), Hernán Galindo presenta en Casa Musa la puesta en escena “Secreto” con las actuaciones de Allan Durell, Oliver Cantú y Susy Alanís.

 

La obra cuenta la historia de dos vaqueros jóvenes que son contratados para cuidar un rebaño de ovejas en lo alto de la montaña Brokeback por seis meses. Al convivir tanto tiempo juntos y en la soledad de su trabajo, surge un ambiente de amistad que se llega a transformar en intimidad. Al terminar su temporada de trabajo, tendrán que separarse y enfrentarse al mundo fuera del espacio que crearon en la montaña.

 

 

La adaptación de Hernán Galindo traslada el cuento a breves escenas en donde poco a poco nos va contando la historia. Más allá del morbo que podría representar la obra, la anécdota se centra en el descubrimiento de otras formas de amar, en la lucha de sus protagonistas por destruir los esquemas en que fueron educados y entender que puede haber otras opciones que los hagan felices.

 

No es necesaria una gran escenografía, ni los grandes trucos escénicos, bastan sólo un par de elementos de madera, metal y piel de animal para trasladarnos a esa montaña que guardará un secreto para siempre. Esto se complementa con una gama de colores en la iluminación, que son parte del estilo estético de Hernán Galindo.

 

 

Allan Durell interpreta el papel de un vaquero que está comprometido con su novia y que es quizás quien más tiene que cuestionarse sus sentimientos, dividirse entre el futuro prometido, o un presente donde no sabe cómo sentirse a gusto. Oliver Cantú, por su parte, hace el papel de un vaquero que no tiene nada que perder y por lo tanto decide arriesgarlo todo, aún a sabiendas que el resultado puede ser doloroso. Complementa el elenco Susy Alanís, quien interpreta a una novia y esposa fiel y cumplidora con sus deberes como tal, convirtiéndose en una presencia constante (física y mentalmente) en las decisiones de su prometido.

 

Montar “Secreto” en una ciudad como Monterrey, es una buena oportunidad para hablar de cómo en pleno 2018 se siguen cuestionando las formas de amar diferentes a las del modelo “tradicional” y cómo este tipo de cuestionamientos terminan convirtiéndos en actos negativos que pueden derivar en depresión, violencia e incluso una insatisfacción permanente con la vida. A veces se piensa que esas “nuevas formas” son exclusivas de zonas más avanzadas, más adelantadas económica y socialmente, pero tanto el texto de Proulx como la puesta de Galindo nos demuestran que en cualquier lugar y en cualquier momento el amor puede ocurrir, sólo hay que estar dispuestos a aceptarlo ¿Qué pasaría si dos vaqueros de Agualeguas se van seis meses a cuidar ovejas?

 


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