Que no se diga que las mujeres de Gabriel no saben despedir a sus muertos

Son los últimos años de la década de los sesenta. Una tormenta de nieve azota a Monterrey. Gabriel muere misteriosamente.

Con un estilo almodovariano, Jandro Chapa nos presenta una historia sobre la verdad, su manipulación, ocultamiento y rechazo. Las mujeres que forman parte de la vida de Gabriel se ven obligadas a asumir la verdad sobre su propia vida y la que llevaban con él.

La obra, escrita y dirigida por Chapa. nos presenta a personajes que, en primera instancia, pudieran parecer clichés: un actor y director mujeriego, una española con ideas liberales para la época, la niña rica que cree conseguir talento con el dinero, la actriz “putita”, el director extravagante de teatro, la mujer de las buenas costumbres y la sirviente dicharachera. Sin embargo lo interesante es la manera en que las historias de todos estos personajes se van enlazando, convirtiéndose en una telaraña que termina destruyéndose al morir su principal soporte: Gabriel.

El trabajo directivo, actoral y de montaje de los integrantes del grupo La Casa de la Abuela, se ve reflejado en una historia contada casi en tiempo real, con la integración de flashbacks que ayudan a ir descubriendo cómo, a través de la manipulación de la verdad, Gabriel mantenía consigo a sus mujeres.

El texto contiene diálogos inteligentes y profundos, logrando que cada personaje aporte el elemento necesario para la historia.  Aún así, hay personajes que en la ejecución quedan mucho a deber, principalmente por la juventud de los actores (en específico los papeles de Caridad, Gabriel y Laura Regia), la cual pone trabas en la interpretación de papeles que requieren de madurez.

Jandro Chapa es un escritor y director que se ha caracterizado por ser muy musical en sus obras, ésta no es la excepción. El ritmo de cada escena y diálogo es preciso, la transición y el orden de las escenas le da un toque especial a la obra. Además, es importante mencionar que el score seleccionado para este montaje se convierte en la cereza del pastel.

Si pudiéramos hablar de pequeños detalles a mejorar, sería conveniente señalar el vestuario ya que no se explica cómo es que después de una nevada, aparezcan tres personajes con minifalda. Además, hay algunos objetos de utilería que quedan fuera de época.

La obra se estará presentando todavía del 20 al 22 de enero de 2012 en la Sala Experimental del Teatro de la Ciudad.