Dicen por ahí que uno viene a este mundo a ser feliz. Lo que no dicen es cómo se llega a ser feliz. Entonces uno anda por ahí, investigando el camino, pidiendo direcciones, tanteando pasos de los que ya cumplieron su misión. A veces todo parece claro, iluminado y con un suelo parejito. Sin embargo la mayoría de las ocasiones el tránsito es a oscuras, accidentado y difuso. Eso sí, raras veces es solitario, a veces nos hacemos acompañar de quienes creemos conocen el camino, aunque ellos estén igual de perdidos que nosotros.
“Los difusos finales de las cosas” es una obra escrita por el colombiano Enrique Lozano, la cual fue ganadora de Primer Premio Nacional de Dramaturgia convocado por las Alianzas Colombo-Francesas y la Embajada de Francia en Colombia. En el texto, se presenta la historia de Ella, una mujer de mediana edad, con una vida mediana quien tiene un noviazgo con Él, un sujeto que parece estar con ella por la costumbre más que por el amor. Ella además tiene un amante, El Otro, quien a la vez es su jefe y con quien la relación no pasa de unas horas de cama. Por último, Ella vive atada a La Madre, quien se niega a soltarla, aunque le haya pronosticado la muerte.
Lo interesante del texto es que los diálogos entre uno y otro personaje parecen no existir, sin embargo se comunican entre ellos. Cada quien nos cuenta su historia a partir de ella, por lo que el texto se convierte en un vórtice de monólogos donde el tema principal siempre es Ella, Ella la amante ideal, Ella la hija que no incomoda a su madre, Ella que dice ser feliz.
Con el apoyo del programa Puestas en Escena CONARTE 2015, el grupo La Casa de la Abuela presenta en Monterrey un montaje de “Los difusos finales de las cosas”, a raiz de una lectura dramatizada dirigida por Jandro Chapa en la Semana de la Dramaturgia Nuevo León 2014. En esta ocasión cuenta con las actuaciones de Emma Mirthala Cantú, Liliana Cruz, Gilberto Loredo, Santiago Martínez, Daniel Torres, Jesús Villaseñor Brenner y Maria Luisa Álvarez.
La puesta transcurre en medio de una escenografía movible y transparente, que nos recuerda cómo las lineas entre cada escena de nuestras vidas son tan finas y delgadas que llegan a ser invisibles, y muchas veces no sómos nosotros quienes nos movemos, sino alguien más nos impulsa a irnos. En la obra, estas escenografías las mueven los personajes de acuerdo a sus entradas y salidas, recordándonos que todos influyen en Ella, y Ella influye en todos.
Algo que comparten Ella, Él, El Otro y La Madre, es que los cuatro están buscando la felicidad. Ella tratando de congraciarse con todos, como cuando se siente feliz de que su novio la necesite. Él, disfrutando el dolor porque sabe que eso lo acercará más a ella. El Otro, disfrutando de Ella una vez a la semana. La Madre buscando cómo volver a sentir que Ella es su hija. ¿Esto los acercará a la felicidad?
El equipo actoral de la obra se articula de forma perfecta, y nos permite conocer a Ella a través de todos los que la rodean. La fuerza de este texto está en las palabras, las cuales están dichas en forma extensa y exacta. Son monólogos internos que a la vez luchan por encontrar su contraparte. Este reto de dialogar con una pared se logra de manera natural con todos los actores. Hay que resaltar también la acertada forma en que se logró contar con la participación de la actriz Emma Mirthala Cantú.
Las obras de Jandro normalmente tienden a situarse en un universo hand-made, donde la escenografía es hecha por los mismos integrantes del grupo, como en La chica que se robó la Torre Eiffel, o está elaborada de cartón como en Lucía de lo extraño. En ocasiones ese universo hand-made está en esa delgada línea de la manualidad infantil y el detalle elaborado a mano. Además, tiende a incluir música en vivo en todas sus obras, con la diferencia que la música es interpretada desde la misma obra, usualmente con instrumentos hechos en casa, o usando el cuerpo con instrumento.
En esta ocasión, “Los difusos finales de la cosa” es una obra más madura no sólo en el tema y la forma de contar la historia, sino también en el arte que la acompaña. La escenografía y utilería está hecha exprofesso para la obra y de forma casi manual, pero en esta ocasión se nota la intervención de una profesional (Jeany Carrizales) para que queden perfectamente bien hechas. Además, el director vuelve a integrar la música desde la escena, haciendo uso en esta ocasión de diversos instrumentos que, aunque pueden parecer caseros, corresponden a la obra y se integran perfectamente con ellas. Para esto, se apoyó en Daniel Torres, quien incidentalmente se vuelve un personaje en la obra.
La puesta en escena, que es realmente una anécdota de sólo algunos días de Ella, nos recuerda cómo vamos por la vida buscando aquello que nos han contado es la felicidad, con las prisas del tiempo y el miedo a estar solos. Nos aferramos a algo que creemos que nos llevará por el mejor de los caminos, pero nos negamos a ver el camino dorado.
FICHA TÉCNICA
Reparto
Emma Mirthala Cantú
Liliana Cruz
Gilberto Loredo
Santiago Martínez
Daniel Torres
Jesús Villaseñor Brenner
Maria Luisa Álvarez
Texto
Enrique Lozano
Dirección
Jandro Chapa
Asesoría de dirección
David Jiménez Sánchez
Producción ejecutiva
Carmen Alonso
Asistente
Maria Luisa Álvarez
Escenografía
Jeany Carrizales
Iluminación
4Estudio
Escenofonía
Daniel Torres
Vestuario
Alex Villa
Maquillaje
Alan Ponce
Imagen y diseño gráfico
Ceci García
Fotografía y video
Germán Orona-Elevados