El pasado sábado 15 de agosto dio inicio el Festival de Teatro Nuevo León. La oferta que nos trajo en esta edición fue ampliada y variada como en sus anteriores ediciones. En esta ocasión predominó el tema de la violencia a diversas escalas, desde la ejercida desde arriba hacia los de abajo con la comedia negra “Labio de liebre” o con “Río Ánimas” hasta la violencia más íntima como en “Anamnesis” o “El camino de los pasos peligrosos”. Sin embargo, también nos mostró la esperanza de que las cosas pueden estar mejor, que hay una luz al final donde todo brilla, como en “Iluminación” o en “Clausura del amor”. Además, se hizo un homenaje al actor Raúl Morantes.
El éxito del festival se refleja en la respuesta del público: largas filas (aún y con el intenso calor caniculesco), funciones llenas, aplausos de pie. Todo esto gracias a la excelente mezcla de una acertada selección, una publicidad efectiva y al interés de la comunidad artística para ver tanto el material foráneo, como las obras locales.
Aún y que se puede considerar el gran acierto del festival, creo importante señalar algunas cosas que me parecen son áreas de oportunidad para las siguiente ediciones.
En primer lugar, aunque el festival es internacional al incluir obras de otros países (en esta ocasión Colombia, Argentina y España) todas las obras son de países de habla española, supongo que gracias al apoyo de Iberescena. Considero que el festival se pudiera beneficiar de invitar compañías que no hablen español, para mostrar al público. El lenguaje no es limitante para disfrutar el arte escénico, muestra de ello es la presentación, hace algunas semanas, de la obra en inglés Scaramouche Jones dentro del Festival Teatro a una sola voz.
Como lo mencioné anteriormente, las salas estuvieron saturadas, la demanda para cada una de las obras fue tal que en muchas ocasiones los boletos se terminaban hasta 40 minutos antes. Para la clausura, con entrada gratuita, hubo gente formada desde casi 2 horas antes. Si para uno como espectador asiduo quiere festivalear, buscando ir cuando menos a una obra diaria, se vuelve desgastante pasar una hora en fila, supongo que para espectadores primerizos puede llegar a ser incluso desalentador para volver a ir a otra obra.. Estaría muy padre que hubiera algún sistema para compra de boletos de forma anticipada, o bien numerar boletos y así eliminar las filas. Entiendo que quizás puede llegar a ser más costoso, pero mejoraría la experiencia de los espectadores, reduciendo el tiempo de espera para ingreso, asi como evitando los calores regios de agosto.
Fue una gran sorpresa ver funciones agotadas, incluso por gente que comunmente no va al teatro, ya sea porque escuchó sobre el festival, vio un anuncio en el periódico o supo que venía algun artista reconocido. Sin embargo ¿por qué no sucede eso con las temporadas normales de las obras regias? Me ha tocado ir a obras donde sólo se llena un tercio del aforo, incluso una vez fui a una obra donde sólo éramos 4 personas en el público. ¿Existe el mismo apoyo en difusión por parte de CONARTE para las obras que se presentan en los recintos oficiales que para el FTNL? ¿qué hace falta para que veamos la mayoría de la salas llenas cuando se presentan obras regias? ¿Son las historias, las producciones, la promoción?
Estos detalles no los menciono con la intención de menospreciar el éxito del festival, sino al contrario, quisiera aportar un poco a que cada una de las ediciones siguientes sea mucho mejor. Insisto, aunque resultó algo cansado, me agradó mucho ver a la gente yendo al teatro, aguantar varios minutos bajo el sol con la intención de ver una obra. Como bien lo mencionó Hugo Arevillaga al término de una de las funciones de “Clausura de amor”, el hecho de que haya funciones llenas quiere decir que hay una esperanza, que todavía hay humanos con la necesidad de acercarse a otros humanos para escuchar las historias que tienen para contar. Mientras haya gente en el teatro, habrá fe en la humanidad.
Un reconocimiento y un aplauso a todo el personal responsable de la organización, tanto los encargados de la selección, el contacto con las compañías, la promoción, los responsables de cada recinto y los técnicos que hicieron magia para cambiar escenarios de un día para otro.
Espero con ansia el FTNL 2016, ojalá que el presupuesto no se ponga bronco.
