Entrevista a José Manuel Hidalgo

Dentro de las actividades de la Semana de la Dramaturgia Nuevo León llevada a cabo en el mes de octubre de 2017, se presentó la lectura dramatizada del texto “Bajo el signo de Tespis” escrita por el dramaturgo José Manuel Hidalgo. Él es un joven escritor de la Ciudad de México que ha llamado la atención en los últimos años tanto por la calidad de sus textos, premiados en diversas ocasiones, o por la polémica en la que se vio envuelto hace algunos años.

 

Así como tiene personas que admiran su trabajo (escuché a un director decirle “si así escribes a los 20, ¿cómo escribirás a los 40?) hay quienes afirman que sus obras son un “Ricaño light” o una mezcla de Ricaño y LEGOM (a quienes el mismo José Manuel reconoce como sus maestros). Hidalgo además reconoce su influencia por la música, que está presente en su dramaturgia desde los títulos (Bye bye bird), la musicalidad en la prosa que escribe y en lo que él afirma como la creación de una partitura, en donde el actor debe encontrar su propio ritmo. Ha escogido a la narraturgia como su herramienta principal de escritura, no como un estilo, afirma, sino porque es lo que mejor se ha acomodado a las historias que ha querido contar: el relato épico.

 

Posterior a la presentación de su texto, tuve la oportunidad de conversar con él sobre sus influencias, dos de sus textos (Bye bye bird y Bajo el signo de Tespis), así como su punto de vista sobre la situación actual de su generación. Aquí la entrevista.

 

En la presentación de tu texto mencionabas que empezaste a escribir teatro hasta que empezaste a estudiar teatro, que fuiste primero un lector de narrativa.

 

Empecé leyendo narrativa, novela latinoamericana. Yo fui un lector muy tardío, cuando empecé a leer empecé a leer brutalmente, todo lo que podía leer. Terminando mi ultimo año de preparatoria que fue cuando empecé a buscar autores y ya sabes “50 libros que debes de leer antes de morir”. Me acuerdo que salía Arthur Miller, entonces por eso compré “La muerte de un viajante”. Me topé con el teatro y me enganché. El teatro tiene algo muy bonito, que cuando empiezas a escribirlo, despues ya no lo puedes soltar. Entonces fue por ahí, empecé conociendo narrativa y después el drama. La narrativa tiene algo de dramático, tiene algo de lírico, lo lírico tiene algo de dramático, están mezcladas.

 

¿Podrías señalar que Arthur Miller es el primer dramaturgo que te motiva, o hay algún otro dramaturgo que tu digas “a partir de leer a este wey ya me voy a decidir a escribir”?

 

Arthur Miller fue el encuentro con el teatro, con la dramaturgia, que también es un buen autor, no le quito méritos. Yo creo que para mi de los primeros que se puede hacer esto en teatro fue con LEGOM. De él primero leí “Las chicas del 3 1/2 floppie” y luego esta obra de “Odio a los putos mexicanos”. Creo que él mezcla, y tiene una teoría interesante sobre eso, la narración en el teatro.

 

Liliana Cruz, Marilú Martínez y Sara Dávila en la lectura de la obra "Bajo el signo de Tespis"
Liliana Cruz, Marilú Martínez y Sara Dávila en la lectura de la obra “Bajo el signo de Tespis”

 

Leyendo “Bye bye bird” y con la referencia a “Balada para un loco” en “Bajo el signo de Tespis”, veo que tienes un gusto y una influencia por canciones que parece que no son de tu época. Podríamos decir que son canciones “viejitas”.

 

No iba a meter a Maluma. La música me gusta y yo tengo una profesión frustrada de rockstar. Tocaba la guitarra, tocaba en una banda y queria tocar en el mundo. Sé tocar la guitarra y me gusta el rock and roll. “Bye bye bird”es una canción de Sony Boy que para mi es un monstruo, en el video la canción es solamente él con su armonica haciendo todo. En esa obra funcionaba bien que tuviera ese swing, porque sale un negro, una persona de color que llega a una unidad habitacional en Azcapotzalco. Ricaño está dirigiendo actualmente la obra y me dice mucho que busca cómo lograr ese swing jazzero que propone la obra, en un ambiente que suena también a cumbia. Entonces es una musicalidad. En esta de Piazzolla creo que la canción, el mensaje de “Balada para un loco” es eso, vamos a saltar, locos, estamos todos locos. Creo que funcionaba, creo que daba un ambiente a la obra, le da una cosa muy particular. Yo no concibo el teatro sin la música, y no solo ponerle el título de una canción sino la musicalidad de las palabras, el cómo se dice y cómo entran.

 

Hay una idea un poco absurda de que todos los jovenes parecen estar clavados en redes sociales o internet, pero curiosamente en tus obras no están presentes ni las redes sociales ni el internet, aún y cuando son personajes jóvenes ¿hay una intención especifica de no incluirlas o es algo que no te interesa?

 

Es algo que a mi no me interesa. Es chistoso, porque muchas obras de compañeros de generación hablan sobre Twitter o hablan sobre Facebook. No digo que no existan, aparecen, pero no le meto la preponderancia a eso. Me parece que es un poco como cuando apareció la televisión, en su momento fue un hitazo, pero no desapareció la radio. Para mí no es un tema, es parte del contexto que hay, es un elemento más que se agrega. A mí por lo menos no me interesa una dramaturgia en la que el título sea un hashtag, por ejemplo.

 

 

En “Bye bye bird” los adolescentes están solos, están buscando quién los vaya guiando, y en “Bajo el signo de Tespis” de alguna manera el personaje principal, joven, también se siente sola. ¿Tú crees que parte de tu generación está o se siente sola?

 

Hay algo que en Querétaro decia Fernando de Ita a propósito de “Bajo el signo…” y a propósito de todo el Festival de la Joven Dramaturgia: que él notaba un tema constante que era decirle a la generación de nuestros padres que no había logrado solucionar nada. Lo cual es así, no es que estemos solos, es que los problemas continuan, y nos toca a nosotros ahora como generación que empieza a escribir o está entrando a un campo laboral o lo que sea, terminar los procesos que nuestra generación anterior no pudo concretar. Entonces estamos solos en el sentido de que tenemos muchas cosas enfrente de nosotros, una realidad que conocemos como es, violenta, una realidad de vivir todavía en un país de tercer mundo. Vivimos en una cosa difícil, se siente el espíritu de necesidad, yo creo que sí es hacia la soledad, pero con ese matiz.

 

En “Bye bye bird”es muy claro, los problemas no se resuelven, simplemente los tapamos con un dedo. La unidad habitacional se vuelve un foco de violencia desmedida y lo unico que hace el gobierno de la Ciudad de México es poner carteles diciendo “No se porten tan mal”. Cuando es demasiado, derrumban la unidad, ponen un Walmart y la gente, que no conoce otra cosa, termina empleándose ahí. En “Bajo el signo…”, hay un impulso autodestructivo: la vida es una mierda y nada mas lo repetimos a veces, estamos en una chaqueta mental terrible, apostar hacia eso. Esta obra de Tespis es más personal, habia una cuestión de decirle algo a mi hermana. Otra obra, Ataraxia, que está próxima a ser publicada en Tierra Adentro, es sobre las peripecias de un danzante azteca inválido, es más bizarro, que logra obtener un lugar de político. Ahi agarré la historia de Juanito en la ciudad de México, son historias que yo noto, que yo agarro.

 

¿Cómo ves a compañeros de tu generación en cuanto al mensaje que quieren dar?

 

Es algo arriesgado, porque no conozco a muchos compañeros de mi generación ni puedo decir “sí todos estamos escribiendo sobre esto”. Creo que hay constelaciones, pero creo que tenemos esa necesidad de contar historias donde la realidad se transforme.

 

Por último, casi todas las obras que han hecho han sido un trabajo para el papel, es decir, buscan principalmente ser leídas o publicadas. ¿Has trabajado algo que vaya directamente para la escena?

Ahorita ha sido más bien escribir para la soledad, organizar un discurso y después que lo agarre un director y lo interprete. Es un proceso de trabajo que ahorita he hecho, ahorita no lo estoy haciendo para la escena pero sí estaría abierto a trabajarlo así.

 

José Manuel Hidalgo, Gilberto Loredo (director de la lectura) y Jaime Chabaud en la plática posterior a la lectura de "Bajo el signo de Tespis"
José Manuel Hidalgo, Gilberto Loredo (director de la lectura) y Jaime Chabaud en la plática posterior a la lectura de “Bajo el signo de Tespis”

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