La cita en esta ocasión fue en Ka Ye Kuali al finalizar una de las funciones de Pato Schnauzer, en donde Edgar M. Vega interpreta a uno de los personajes principales. Todavía con un poco de energía tras la función, comenzamos a platicar de su reciente trabajo como director en la obra Prohibido acostarse al sol.
¿Cómo llega a ti este texto de Verónica Bujeiro?
Un día se fue la luz en mi casa y en lo que se reestablecía empecé a leer el libro 20 años de dramaturgia, Jóvenes Creadores del FONCA. Normalmente cuando leo libros con recopilaciones, leo dos o tres páginas de una obra y si no me gusta, me saltó a la siguiente obra. Así caí con “Prohibido acostarse al sol” y me dio mucha curiosidad por la forma en que describía las imágenes. Al principio me costaba mucho trabajo entenderlo, e incluso cuando lo terminé de leer no alcanzaba a comprenderlo del todo, pero había algo que me gustaba.
Un día, durante el ensayo de otra obra, estaba pensando en que debería dirigir una obra y me acordé del texto. Curiosamente empecé a verlo más claro aún y cuando en ese momento no lo tenía conmigo. Hice algunas notas y volví a leerlo, fue entonces que decidí que lo quería montar.
¿Qué es lo que más te gusta del texto?
Creo que tiene una manera muy poética de decir las cosas. Aunque no hay una historia concreta, es decir, no hay un inicio, desarrollo y desenlace, son muchas imágenes descritas de manera muy interesantes. El holocausto, la guerra, la desigualdas, todo eso que nos queda, la memoria, etcétera.
Además de las imágenes tiene muchas sensaciones: el calor, el mar, el sol, lo que se derrite.
Además, de las sensaciones, ¿qué otra cosa encontraste en el texto o durante el trabajo previo al montaje?
Durante el trabajo de mesa realicé junto con los actores un análisis de la obra. Salieron varios temas, como la dualidad del nacimiento y la muerte, la indiferencia del mundo ante las situaciones sociales y políticas, la conciencia de nuestros recuerdos, aquello que to como persona sé qué es lo que guardo y aquello que guardo que no sé que es.
Sin embargo, decidimos que el tema principal son la memoria y los recuerdos.
¿Cómo fue el trabajo con tus actores?
Era muy importante contar con dos personas que se interesaran por el proyecto, que le tengan cariño y que realmente quieran estar ahí. Pensé desde un inicio en Eva y Ramón, quienes además son amigos míos. Les di el texto, lo leyeron cada quien por su lado, les gustó y me dijeron que sí.
Fue un trabajo difícil porque son actores muy diferentes, trabajan de diferentes maneras, casi opuestas. Los orillé un poco a la exploración al principio, para que se fueran sientiendo. Yo veía conexión, lo cual era muy importante para este trabajo, sobre todo porque están juntos en escena todo el tiempo. Estoy muy agradecido y muy feliz de que ellos hayan encontrado la conexión y hayan realizado el trabajo como debe ser. Además, fueron propositivos y muy pacientes porque fue un proceso mas o menos largo.
En el texto los personajes no tienen un nombre ni género definido ¿cómo llegaste a la idea de que fueran un hombre y una mujer?
Fue totalmente intuitivo. Al momento de leerlo sentí claramente que uno de ellos era personaje masculino y el otro femenino. Además, como raza siempre nos han representado en esa dualidad hombre-mujer. Lo que también hice fue unirlos como humano con el vestuario, que es el mismo para ambos.
Ahora que mencionas el vestuario, la obra tiene una carga visual muy fuerte, que te permite sentirte en el fin del mundo,¿cómo llegaste a esta idea?
La idea apocalíptica ya viene planteada desde el texto. Yo incluí otros elementos que me parecieron importante, por ejemplo, las vendas y el plástico, que me permitieron reflejar ese momento en que sales del cascarón y te enfrentas al mundo. Por la parte del vestuario, busqué una prenda que fuera igual para los dos y di con el overol, que lo pueden usar tanto hombre como mujer. Creo que en un futuro ya no vamos a tener identidad, ya no vamos a ponernos ropa solamente porque nos gusta, alguien nos la va a imponer.
Supe que tuviste la oportunidad de que Verónica Bujeiro viniera a ver tu trabajo ¿qué te dijo?
Al parecer es uno de los pocos montajes que se han hecho de la obra. Esa vez que vino fue muy honesta y acertada. Me dio algunas sugerencias sobre el montaje que tomaré en cuenta para la siguiente temporada y me dijo que había logrado cosas muy interesantes, que las imágenes muchas estaban muy bien. Le agradezco que me ha apoyado mucho, sabe que es de mis primeros trabajos y que, como cualquier proyecto, es perfectible.
La obra habla sobre memorias o recuerdos, sobre lo que nos queda al final. ¿Con qué te quieres quedar al final del mundo?
Con paz, si no es con los demás, cuando menos con la mía.
¿y de recuerdos?
Creo que me quedaría con esos suspiros y respiros donde te sientes pleno. Como cuando te pones frente al mar, te quedas en silencio, lo escuchas y suspiras.