Boterito, una gordita en busca del amor

Aderezada con canciones de películas de Disney y con un poco de humor negro, “Boterito, una gordita en busca del amor” nos cuenta la historia de una mujer que aparece en un cuadro de Botero, quien sufre por no encontrar el amor dado su sobrepeso. Para ello, decide salirse del cuadro y del museo donde está guardada para encontrar una solución a lo que ella percibe como un problema.

 

La dramaturgia y dirección están a cargo de Isabel del Bosque, quien logra convertir lo que pudiera ser una comedia sencilla con una “gordita” como protagonista, a una tragicomedia donde se entremezclan temas como los estereotipos femeninos y las presiones sociales con un teatro cabaret muy divertido.

 

 

Vemos pues en escena situaciones a las que una persona con sobrepeso tiene que enfrentarse en su vida diaria: “bullying” de quienes dicen ser sus amigos, discriminación laboral e incluso ser vistos como fuente de ingresos para médicos con poca ética. Curiosamente, aún a pesar de todo esto, “Boterito”, la protagonista, nunca pierde la esperanza de poder enflacar y así poder llegar a una felicidad que la sociedad le ha prometido.

 

El teatro cabaret es un género que ha ido en auge en los últimos años en México. Heredero del teatro de carpa de principios del siglo XX, el teatro cabaret incorpora crítica a temas sociales con comedia y número musicales, de manera que a través de la risa el espectador pueda llegar a reflexionar sobre los temas tratados. En la obra “Boterito” tanto la comedia como los números musicales están bien hecho y cuidados. Nunca se cae en la vulgaridad (ni siquiera cuando aparece un stripper) y las adaptaciones de las canciones de Disney quedan perfectamente a la obra, además de coincidir perfectamente con el ritmo original.

 

 

Igualmente positiva es la selección del elenco formado por Magy López, Ahidé Aguirre, Isabel del Bosque, Eric Villanueva y Néstor Cázares, quienes sin ser los grandes bailarines ni cantantes, demuestran disciplina en los números musicales y reflejan en el escenario que se están divirtiendo al mismo tiempo que el público.

 

Sería interesante que esta puesta fuera el nacimiento de una compañía dedicada exclusivamente a realizar teatro cabaret, aunque la historia nos demuestre que, cuando menos en Monterrey, las compañías se forman casi exclusivamente para un proyecto. El público regiomontano se vería beneficiado de contar con más teatro cabaret, a nadie le cae mal reirse de uno mismo.

 


Publicado el

en

Por