Si me amas ¿por qué no te matas?

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Dice la canción que siempre el pasado nos vuelve a pasar. Queramos o no, el andar por la vida nos va llenando de cicatrices, algunas más profundas que otras. Cuando alguien entra por primera vez en nuestra vida, tenemos la oportunidad de compartir esas cicatrices. “Este soy yo y esto es lo que cargo”. ¿Qué hacer si no las hemos cerrado? ¿Las mostramos así tal cual o deberíamos buscar cerrarlas antes de mostrarlas al mundo?

Rodolfo Cantú escribe y dirige “Si me amas, ¿por qué no te matas?” una historia sobre Tomás (interpretado por Jandro Chapa) un joven que, dispuesto a salir del duelo por la muerte de su novio, se aventura a conocer a Carlos (Fabián Valdés), con la esperanza de rehacer su vida.

Es la segunda obra que me toca ver escrita y dirigida por Rodolfo. La primera fue I love NY, otra historia sobre encuentros y desencuentros. En esta ocasión, y valiéndose de más personajes y elementos sobrenaturales, me dejó nuevamente un buen sabor de boca, no sólo por la historia misma, sino por la forma en que la va narrando, a veces como quien te cuenta el chisme de lo que pasó y en otras como si un amigo te contara su pena.

El personaje de Carlos parece ser la luz que llevará a Tomás a ver nuevamente la vida de colores. Curiosamente su primer encuentro se da después de una noche de fiesta a donde lo llevó su amiga Ana (Alejandra Zapata), un maravilloso personaje mezcla de Divine, María Félix y Jenny Rivera.

La obra tiene ciertos tintes autobiográficos, donde parece que Rodolfo intenta mostrarnos sus cicatrices, pero no para compadecernos de él, ni para que le ayudemos a cerrarlas ni para acompañarlo en su dolor, sino para que nos reflejemos y nos encontremos en ellas.

Los personajes de David (Raúl Oviedo) y Sofía (Marisela González) se vuelven los detonantes de los giros que da la historia. Preferiría no dar más detalles para no revelar más de la historia.

¿Son las cicatrices un lastre? Todo depende de cómo se mire y de qué tanto dejemos que nos pesen. Las cicatrices son testimonio del pasado y, por lo tanto, es difícil desprenderse de ellas como lo es del pasado. Sin embargo hay veces que es necesario tomar medidas extremas para que no pesen tanto ¿cubrirlas con un tatuaje? ¿cirugía estética?

El complemento al texto y dirección de Rodolfo Cantú, lo dan la iluminación la cual, aunque austera, logra crear muy bien cada uno de los ambientes de las escenas, y el acompañamiento de la obra con música de Monsieur Periné. Además, una que otra referencia a obras anteriores del director en la ropa de los actores.

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Créditos

Dramaturgia y dirección: Rodolfo Cantú

Reparto
Jandro Chapa – Tomás
Alejandra Zapata – Ana
Fabián Valdés – Carlos
Raúl Oviedo – David
Marisela González – Sofía

Escenografía: César Beltrado


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